martes, 10 de mayo de 2011

REVÉLANOS TU HISTORIA

El Relámpago del Catatumbo, la fábrica de Ozono del planeta.

 Fotografía e historia: Alan Highton




Para mi el Relámpago del Catatumbo o Faro de Maracaibo, se ha convertido en un ser viviente. Después de tantos viajes al Sur del Lago de Maracaibo y al río Catatumbo he desarrollado una relación muy personal con este extraño y único fenómeno meteorológico, hasta el punto de tocar en la espiritualidad. Me considero científico, pero después de largas noches de dedicadas observaciones, no puedo sino estar de acuerdo con los precolombinos quienes habitaban la zona del Catatumbo, miles de años antes de la llegada de los españoles, quienes creían que el relámpago era los espíritus de sus ancestros. Respecto a esto me limito a decir que El Relámpago del Catatumbo me ha tocado el alma.

Recientemente hay noticias de la desaparición del fenómeno, pero tengo el placer de decirles a los venezolanos que su relámpago esta vivito y coleando. Es un fenómeno estacional y si esta siendo muy golpeado por la fuerte sequía, la deforestación y la gran sedimentación de la cuenca del río Catatumbo, pero no ha desaparecido y ya ha comenzado nuevamente a aparecer cómo de costumbre, y sigue siendo el regenerador más importante de la capa de ozono del mundo.

El Delta del Catatumbo es el lugar que presenta más actividad eléctrica del planeta. Desde mi palafito en Ologa, se puede observar hasta 2.000.000 de destellos de luz al año, pudiendo generar más de 280 descargas por hora en cada noche, formando arcos que llegan a medir más de 10 Km. de altura. Entre mayo y diciembre la actividad es inmensa. Mi experiencia me dice que entre esos meses hay un 95% de probabilidad de ver el fenómeno y un 50% de ver un juego de luces que jamás podrán olvidar en su vida. El pico de actividad se registra entre agosto y principios de noviembre.

Según el Dr. Eric Quiroga, quien es indiscutiblemente la máxima autoridad en la materia el Relámpago del Catatumbo aparece en dos episodios, en tempranas horas aparece un relámpago rojizo sobre las ciénagas al sur y sureste de Ologa. El segundo episodio ocurre cuando las montañas de los Andes se enfrían y el aire frío baja hacia el aire caliente del Lago de Maracaibo. La topografía de esta zona es un encierre de vientos y al bajar vientos de los Andes y Perijá estos vientos chocan y suben formando nubes cumulimbus hasta de 8.000 m de altura. Al formar hielo en las cimas y una consecuente carga positiva, se crean descargas entre las nubes y menos frecuente descargas nube-tierra. Esta secuencia física sola es capaz de crear tormentas eléctricas impresionantes. Ahora entramos a un aspecto que genera discusión entre los científicos, que es el elemento del gas metano y keroseno que emana de la tierra que lo produce. Habiendo visto la magnitud de la actividad eléctrica, yo también estoy convencido que hay un elemento secundario. Sea esto químico o espiritual, pero definitivamente hay algo en el Catatumbo que provoca las mas grandes y frecuentes tormentas eléctricas del planeta. Es en este segundo episodio del fenómeno que se puede ver a 400 Km. de distancia. Soy un visitante muy frecuente del Catatumbo y créanme que el relámpago esta muy lejos de desaparecer y con la conservación del PN Ciénagas del Catatumbo seguirá siendo la fábrica de ozono del planeta.

La foto que he escogido fue tomada en agosto 2009, en el pueblo de Congo Mirador, una comunidad de unas 80 familias quienes viven sobre el agua en palafitos. Es también la zona más virgen del occidente, con extensas selvas prístinas y gran variedad de vida silvestre. Imagen tomada con Olympus E500,ISO 100,32mm,60 segundos, F 10.

NATURALMENTE NORELYS

NATURALMENTE NORELYS

 texto: Norelys Rodríguez / Fotografías: Daniel Alonso y Alberto Blanco
Calendario Ecológico 2010…pensamientos sanadores…




Detrás de estas fotografías y este almanaque que transmiten paz y paraíso, se esconde un hábitat salvaje e indomable. Entérate de los peligros a los que estuvo expuesta Norelys Rodríguez durante la elaboración de su nuevo calendario 2010. Pues ella misma es quien nos relata de primera mano lo sucedido… ¡y lo aprendido también!

Para mí, hablar de mi hermosa Venezuela, es hablar de ecoturismo, de aventura, de naturaleza virgen, de ecosistemas únicos, de hermosas y paradisíacas playas, de islas, archipiélagos y lagunas costeras, de montañas y bosques nublados, de exuberantes e impenetrables selvas húmedas tropicales, de tepuyes, páramos, de vastas llanuras y sabanas, de caudalosos ríos e imponentes saltos de agua, de culturas ancestrales, de calor humano, de tradiciones… en fin, hablar de Venezuela es hablar del Caribe, del Amazonas, la Guayana y de los Andes en un sólo país.

Consciente de toda esta riqueza, y de la mano de un equipo maravilloso, nació la idea del Calendario Norelys 2010, en el que buscamos brindar un mensaje conservacionista y resaltar el privilegio de ser venezolano, al mostrar las regiones y ambientes más representativos del país en cada uno de los 12 meses del año. 

A veces me preocupa pensar que tanto privilegio sea la causa que nos haya separado de la naturaleza. Es lamentable que en nuestro recorrido observamos costas, lagos, ríos y bosques con grandes áreas cubiertas de basura; un triste panorama de contaminación que debe impulsarnos a convertirnos en multiplicadores de un civismo conciente de ser venezolanos responsables, que no sólo hablemos de lo hermosa que es nuestra tierra y sus maravillas, sino que logremos ser ciudadanos con acciones y pensamientos sanadores.


Cada uno de nosotros forma parte de la naturaleza. La crisis ecológica, el cambio climático, la pérdida de valores y nuestro aislamiento del medio ambiente, nos demuestran que algo no está funcionando y, en consecuencia, estamos pagando un precio muy alto. Por lo tanto, debemos buscar nuevas maneras de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás, ser amigables con nuestros ecosistemas naturales,  reencontrarnos con nuestra madre natura, y darnos cuenta de que ella forma parte de nuestra piel.

Nuestra tierra nos llena de orgullo por múltiples razones; me sentí cautivada por el atardecer del Lago de Maracaibo y por el espectacular y único fenómeno del Relámpago del Catatumbo, sus colores y esplendor me conectaron con la calidez de su gente y su gran diversidad biológica. No sólo la tierra del Zulia me conquistó, también su gente, especialmente tres niños del Sur del Lago que nos visitaron en el palafito donde fue nuestro campamento base de nuestro amigo Alan Highton, para advertirnos de tener cuidado con las rayas -en caso de bañarnos en el lago- y recordarnos la importancia de cuidarlo, en beneficio de todos, especialmente el de ellos.

Durante las sesiones fotográficas del calendario, a través del lente de Daniel Alonso y Aníbal Mestre, buscamos adentrarnos en la naturaleza para mostrarles una fotografía artística que revelara la interacción entre el ser humano y su entorno natural. Desde pequeña el mar Caribe y su Costa me enseñaron a amar y respetar el medio ambiente. En nuestra gira Alberto Blanco fue nuestro guía, brindándonos la mayor información para preservar los lugares y evitar molestar cualquier animal que se encontrara en el área de las fotografías. Fundamental fueron sus palabras, aún cuando para mí lo más importante siempre era seguir mi intuición, que me permitió estar conectada con todo  lo que me rodeaba, disfrutando cada momento con intensidad.

En nuestra visita al espectacular Hato Piñero, una de las reservas de faunas silvestres más importantes del continente, tuvimos muchas experiencias salvajes, estuvimos cautivados observando grandes cantidades de chigüires, caimanes, aves de todo tipo (más de 300 especies), osos hormigueros, dantas y hasta cunagüaros, y lo más especial: la calidez humana y humor del llanero, ¡todos unos verdaderos personajes! Una buena anécdota fue cuando estuvimos en una sesión de fotos en una laguna, apenas me adentré en ella salieron a mi alrededor ¡4 caimanes! pero no se preocupen, eran muy pequeños y siempre estuve asistida por Alberto Blanco, Daniel Alonso y los lugareños del hato, pero resulta que en la noche llegó un jaguar de dos metros e hizo un desastre en el mismo lugar dónde me estaban arreglando para las fotos ¿qué les parece?, este hecho no los comentó nuestro guía experto Félix Medina.

Tener la oportunidad de estar frente al Salto Angel no es un es espectáculo más ni un tópico de guía turística, ¡es asistir de nuevo a la creación del mundo! ¡Y en primera fila! Cuando llegamos al sendero del Salto Angel sentimos el latir del corazón de nuestro planeta. Tras años de recorrer toda la geografía de Venezuela y parte del mundo, les puedo asegurar que es uno de los lugares más maravillosos y de mayor energía que he visitado, allí esta presente la humildad que debemos conservar los seres humanos ante la naturaleza y el sentimiento de agradecimiento te embarga por la majestuosidad que nos regala la caída de agua más alta del planeta. Debemos agradecer al bello campamento Wakú Lodge y a la gente de Canaima Tours que hicieron de nuestra visita algo de nunca olvidar.

El espíritu conservacionista que se respira en la isla de Dos Mosquises Sur, más la labor tan asombrosa que realizan los integrantes de la Fundación Científica Los Roques a favor de la conservación de las tortugas marinas, es digna de admiración, como lo es en su totalidad el Archipiélago de Los Roques: el tercer ecosistema de arrecife de coral más importante del Caribe y considerado como uno de los mejores destinos del mundo para bucear.



Definitivamente, además de nuestros hermosos paisajes -como el que nos ofrecen los páramos andinos-, su gente es la que logra que disfrutemos de un ambiente muy especial en nuestras altas montañas del estado Mérida. La familia Araujo en la Estancia La Cañada nos invitó a vivir conforme a los principios de la naturaleza y a estar en paz con nuestro ser. En el estado Mérida son precursores del pensamiento ecológico y turístico en nuestro país.

En nuestro día a día, tradiciones y quehaceres, debemos recordar qué es lo que realmente nos nutre. En nuestra vida cotidiana lo son las relaciones, el amor, la vocación, nuestros alrededores naturales. Pero no tomamos  en cuenta a las generaciones futuras. En vez de ello, vamos contaminando y llenando de residuos sólidos y tóxicos todo nuestro ambiente. Ahora tenemos la oportunidad de redescubrir el presente y, al mismo tiempo, de tener una mirada más amplia sobre nuestras acciones a nivel global, contando con los efectos y las acciones en un futuro. Recuerda que el futuro de las generaciones futuras comienza por nosotros.



Logremos ser  venezolanos  con acciones y pensamientos sanadores…

SECRETOS DEL REINO ANIMAL

LAS CASCABELES ENDEMICAS DE VENEZUELA
VENEZUELA: TIERRA DE CASCABELES

 por: Luis Fernando Navarrete



La serpiente de cascabel es, sin lugar a dudas, una hermosa encantadora. Sus características la hacen única entre todas. Y su veneno, muy tóxico pero que lejos de desprestigiarla, la ha hecho ganarse el lugar de dadora de vida, entérate porqué. 

Las llamadas serpientes de cascabel, del género Crotalus, son serpientes de dentadura solenoglifa (que poseen un par de colmillos móviles localizados en la parte anterior del maxilar superior). Poseen un eficiente aparato para inyectar veneno que funciona como una inyectadora hipodérmica. Llegan -inclusive- a ser más eficientes en este menester que cualquier inyectadora, no sólo por el conducto acanalado del colmillo con un corte biselado en la punta, sino por la curvatura de sus colmillos que les permiten penetrar con más eficiencia.

La palabra Crotalus viene del griego “crotalon”, que quiere decir “cascabel” o “campana pequeña”. Esta es la característica distintiva y principal del género, la presencia de un apéndice córneo en la punta de la cola: el crótalo o cascabel.

Con el sonido tan particular que se produce a partir del rápido batir de su cola le advierte a sus potenciales agresores que no se acerquen porque serían atacados. Las serpientes venenosas utilizan sus toxinas principalmente para eliminar a sus presas, predigerir el alimento y sólo como última opción, en función defensiva. No les conviene atacar siempre por defensa, ya que es demasiado el gasto energético que requieren para reponer el veneno.

Las serpientes de cascabel se encuentran distribuidas desde Estados Unidos por todo el continente americano, incluyendo algunas islas, y con excepción de Panamá y Chile. Los síntomas de envenenamiento, al igual que sus toxinas, varían según el área geográfica y la especie, inclusive entre sexos y edades.


CALOR QUE SE VE… CALOR QUE SE SIENTE…

Las presas de sangre caliente constituyen el alimento principal de las cascabeles. Poseen una aguda sensibilidad al calor, debido a la presencia de unas fosetas loreales termo-receptoras ubicadas entre los orificios nasales y los ojos, que las capacitan para localizar mediante el calor a sus presas por la noche, incluso en la oscuridad total. Llegan a detectar y atacar objetos con gran precisión, apenas por una fracción de grado más cálido que la del ambiente, es decir pueden “ver” por gradientes de temperatura.


GARANTIZANDO LA ESPECIE
Todas las serpientes de cascabel son vivíparas, es decir, paren vivas a sus crías y tienen un parto cada año, el cual se produce aproximadamente seis meses después de la cópula. El hecho de que los espermatozoos del macho puedan conservarse vivos en los tejidos del oviducto de la hembra (como sucede en otras serpientes), hace que sea posible el parto de sucesivas camadas en cautividad, después de haber separado los machos de las hembras. El número de las crías varía según el tamaño de la madre. La más grande que se haya conocido medía 50 cm de largo.

MOVERSE SIN PATAS
La locomoción de las víboras de cascabel se realiza, al principio, como en los ejemplares jóvenes de la mayor parte de las especies, por medio de la ondulación lateral (u horizontal) típica de la mayoría de las serpientes, y todas las de cascabeles emplean este modo de desplazamiento. Los adultos de cuerpo pesado adoptan el sistema de movimiento rectilíneo, según el cual los músculos se estiran hacia delante de la piel y los bordes libres de las escamas ventrales proporcionan el apoyo sobre el suelo, necesario para el avance hacia delante. Este método de locomoción deja sobre la arena o el polvo una huella prácticamente recta. Otra forma, más complicada en el avance, es el sidewinding, movimiento en el cual va avanzando en dirección oblicua con relación a la que parece desplazarse, deja una rara huella. Cuando repta de lado, levanta del suelo parte de su cuerpo dejando los característicos trazos en forma de barra. Este método evita que la serpiente se resbale en superficies de arena.

LA VISIÓN


Experimentos realizados con la visión de las serpientes de cascabel, cuyos resultados son aplicables a todas las serpientes de la familia Viperidae de tamaño semejante, indican que estos ofidios pueden distinguir los movimientos de un objeto a una distancia de cinco metros. La ausencia de párpados, la verticalidad de las pupilas, y la escama supraocular que sobresale horizontalmente, dan a los ojos de las serpientes de cascabel un aspecto peculiar, al que con frecuencia se califica de "siniestro". En realidad, los ojos de las serpientes son inexpresivos, ya que tienen el mismo aspecto cuando están durmiendo, cuando se aproximan a su alimento o cuando están enfurecidas por la proximidad de algún potencial peligro.

LAS CASCABELES DE VENEZUELA


Las cascabeles de Venezuela comprenden un grupo taxonómicamente complejo; es decir, que su clasificación no está claramente definida, debido a que desde el punto de vista filigeográfico este grupo de serpientes son relativamente recientes en Suramérica, ya que el grupo de las cascabeles (Crotalus) se origina en el Norte de América y la dispersión o radiación hacia el sur fue posterior. Desde el punto de vista genético, las diferencias de este grupo no son muy marcadas, aunque fenotípicamente, sus patrones, coloración y forma varían dependiendo de su distribución geográfica. Por esta razón, algunos especialistas consideran que en Venezuela existen 4 especies de cascabeles con una subespecie. El género está representado en el país por un grupo de especies y subespecies: Crotalus vegrandis, Crotalus pifanorum, Crotalus mariselae, Crotalus durissus cumanensis, y la subespecie Crotalus durissus ruruima. Ampliamente distribuidos en Venezuela en todas las regiones geográficas, con características xerofíticas y deciduas, habitan también regiones de sabanas, valles y depresiones. El veneno crotálico ejerce una acción tóxica y letal sobre el sistema nervioso, cardiovascular, respiratorio, renal, muscular, y, en algunas especies, como C.vegrandis actúa además sobre los mecanismos de coagulación, como es el caso de ciertos ejemplares de C. durissus cumanensis, especialmente los estudiados de Los Altos Mirandinos.



LAS CASCABELES ENDEMICAS
El endemismo de las serpientes de cascabel en Venezuela aun se está estudiando, pero aunque sea a nivel específico o subespecífico, las diferencias, las barreras biogeográfícas y su reducida área geográfica en las que se encuentran las tres especies endémicas del país, nos convierte en un país privilegiado en el mundo de la herpetología y la toxinología.  


La Cascabel de Uracoa o Crotalus vegrandis - KLAUBER 1956. Es endémica de las sabanas aluviales al norte del río Orinoco, de la región de Uracoa, Distrito Sotillo, Estado Monagas, Venezuela. Es una especie de cascabel relativamente pequeña que mide entre setenta centímetros y un metro de longitud. Tiene un color de fondo pardo aceitunado, con dibujos más claros semiromboidales irregulares de color amarillento o marfil. Sus presas preferidas son los lagartos y los roedores.
Se aparean entre los meses de septiembre y febrero. Es común el acoplamiento múltiple. Las crías miden entre dieciséis y veintidós centímetros de longitud. Generalmente comienzan a alimentarse después de su primera muda, cerca de tres semanas después de su nacimiento.

Las manifestaciones clínicas del accidente por la Cascabel de Uracoa (Crotalus vegrandis) y su actividad de veneno han sido poco estudiados, probablemente debido a que la serpiente tiene una distribución limitada, en las sabanas secas del noreste de Venezuela. En los últimos años el laboratorio de Inmunoquímica del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, ha realizado varios estudios y ha podido caracterizar y aislar algunas proteínas de este veneno tan complejo e interesante.
La Cascabel Negra o Crotalus pifanorum - SANDNER MONTILLA 1980. Es endémica de las sabanas aluviales al norte de río Orinoco, en la región al sur de Espino, Distrito Infante, Estado. Guárico, Venezuela. Es la serpiente de cascabel más pequeña del país, con aproximadamente 70 centímetros de largo total. Presenta un color básico marrón- chocolate oscuro y los dibujos romboidales color marfil, donde estos dibujos, que están en la región dorsal, forman una cadena de 23 anillos o círculos no unidos; la región terminal de la cola es bastante aguda y estrecha, al igual que su crepitáculum o maraca. Esta especie presenta diferencias en la microestructura de las escamas dorsales en relación con las otras especies de cascabel.

La Cascabel de Lagunillas o Crotalus maricelae - GARCIA PEREZ 1995. Es  endémica de  la parte medio-alta de la cuenca del río Nuestra Señora, en la parte este del Bolsón Árido de Lagunilas, cordillera de Mérida, estado Mérida, Venezuela. La zona es árida y aislada por cadenas montañosas y lagunas.
Al igual que las otras especies endémicas, no es de gran talla: el mayor largo, hasta ahora conocido es de ochenta y siete centímetros de longitud, de los cuales casi diez corresponden a la cola. Presenta un color dorsal de fondo pardo-verdoso, con un patrón de 22 a 24 rombos de color pardo oscuro con el margen interno bien definido por bandas de color blanco sucio. Éstos van perdiendo nitidez a medida que se acercan a la cola. Hay otros rombos, algo irregulares, en la región adyacente a las escamas ventrales, cuyo centro es de color pardo-verdoso. La superficie dorsal de la cola es muy oscura. Ventralmente es color marfil hasta la mitad del cuerpo y se convierte en gris hacia la región caudal. La última sección es gris oscuro. La cabeza está bien diferenciada del cuello, posee un par de ocelos en la región parietal que bordean externamente la banda nucal. Tiene dos líneas amarillentas ubicadas sobre las escamas preoculares. Tiene cuatro o cinco escamas prefrontales, raro dentro del género. Las escamas de la región frontal son diminutas y granulares. La punta del hocico es truncada. El cuerpo es esbelto y alargado. Presenta 25 hileras longitudinales de escamas en la mitad del cuerpo, 168-173 escamas ventrales y 28 subcaudales.

VENENOS PARA LA VIDA


Este es nuestro eslogan en el Centro Integral de Educación, Investigación y Conservación BIOREPTILIA, el cual está incorporado a la red nacional de antivenenos de la Misión Ciencias del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia Tecnología e Industrias Intermedias. BIOREPTILIA, además, apoya al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente en programas de conservación, a diversas organizaciones conservacionistas y a grupos de rescate en todo lo relacionado con los anfibios, reptiles y artrópodos venenosos. Por otra parte, se desarrollan planes educativos y de investigación en el VIVARIUM BIOREPTILIA, ubicado en el Zoológico Las Delicias, en la ciudad de Maracay, estado Aragua, Venezuela, y el Vivario del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, donde se realizan investigaciones de toxinas de origen animal y  labores de apoyo al área académica y divulgativa.
Actualmente, el veneno de las serpientes es muy apreciado por la ciencia, ya que es un coctel de proteínas en el cual se encuentran diversas actividades. Se utiliza para realizar estudios de algunas de sus fracciones o componentes en la elaboración de fármacos que ayudan a salvar la vida del humano. ¡Son más las vidas que se salvan con el veneno de las serpientes, que las muertes que puede causar! La mayor parte de los accidentes ocurren cuando, por alguna razón, invadimos su hábitat. Tan sólo hay que aprender a convivir con ellas, respetar su espacio y conocer sus estrategias de vida.



BIOREPTILIA: Centro Integral de Educación, Investigación y Conservación.
Vivarium BIOREPTILIA, Zoologico Las Delicias, Maracay, Edo. Aragua.
Vivario del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela.


EXPLORANDO MARAVILLAS


El Gigante de la Selva Nublada

 por: Rosa Elena Albornoz



Los gigantes de la selva nublada guardan secretos y misterios que aún están por develarse, pero ¿podrías tú imaginarte viviendo en la copa de un árbol de más de 50m de altura para descubrir cada uno de esos misterios? Llénate de magia y ciencia gracias a las grandes travesías y descubrimientos de  Andrew Field, quien dio hasta la vida por sus “niños”.


En memoria de  Andrew Field 
Cuando casi culminaba de escribir este artículo sobre los árboles de la especie endémica Gyranthera caribensis, o cómo se le llama en criollo, Cucharón o Niño, en base a un no muy abundante material que hay sobre el tema, nos llega a la Organización SiempreVerde, gracias a la gentil cortesía del Dr. Gerardo Aymard (UNELLEZ), el libro sobre la vida del botánico inglés Andrew Field, cuya lectura terminó por responder varias preguntas que tenía sobre estos árboles.

Al leer todo el recorrido que Andy realizó para investigar sobre la Gyranthera, el planteamiento de sus interrogantes, la forma en la que buscaba respuesta a ellas; y la manera creativa, voluntariosa, dedicada y apasionada con la que afrontó su estudio; se puede afirmar (sin dudar) que la labor de un investigador es ardua, solitaria, con pocas o escasas recompensas. Pero esa búsqueda incesante de respuestas a las más increíbles preguntas, urgentemente dictadas desde el interior, tal y como si fueran formuladas por un niño, consiguen finalmente ser contestadas de forma certera, clara y veraz. Es difícil conseguir un tesoro sin invertir en ello tiempo, dinero, esfuerzo y la vida misma. Personalmente considero que Andy consiguió su tesoro en nuestra tierra y que lo dejó todo por conocer sobre la biología y la ecología de Gyranthera caribensis. He aquí algunas notas concentradas, de tan interesante árbol y de quién se hizo leyenda en Venezuela por investigar y amar a esta especie. Gracias les doy, a ustedes lectores, por transmitir este artículo para que más personas conozcan sobre nuestro gigante de la selva nublada y sobre quién estudió desde el dosel del bosque a esta especie del mundo vegetal.

Andy Field llega a Venezuela en mayo de 1981, para terminar su tesis de Doctorado basada en el estudio de los grandes árboles de la Selva Nublada. Su meta era conocer lo que pasaba en la copa de estos árboles. Escogió como área de trabajo la Selva Nublada del Parque Nacional Henri Pittier, allí abundan los “niños” (Gyranthera caribensis) llamados también “candelos” o “cucharones”, colosos de la familia Bombacaeae, que pueden medir más de 60 metros de altura. Las ramas de este árbol abren más arriba de los 35 metros. Desde abajo, se puede observar este árbol como un portento y fortaleza de madera. Andy logra llegar a sus copas utilizando la técnica de los escaladores, con un equipo en calidad de préstamo. Insatisfecho con sólo escalarlos, idea la manera de construir una plataforma que realiza con materiales de demoliciones y la construye a 38 metros de altura, sitio desde donde abrían las ramas. Dicho trabajo le toma varias semanas y finalmente lo culmina  en época en que estaban maduros los frutos.

Allí logra observar que los frutos pueden llegar a pesar hasta 2 KS. y este hecho lo emociona. Si los frutos cayeran desde tal altura seguramente le ocasionarían una herida o lesión a cualquiera, pero Field advierte que no son los frutos los que caen, ya que, en un momento dado, la fruta se abre y los cinco elementos que la protegen, como  duelas de un tonel, caen, cuales grandes cucharones, de allí el nombre que la fantasía popular endosó a este árbol. Caídos los cucharones quedan cinco gajos (como bolsitas de papel) donde se encuentran las semillas que descienden al bosque dando vueltas como hélices, dejándose transportar suevamente por el viento. El mecanismo de bajada “giratoria” (de aquí el nombre de Gyranthera que los botánicos dieron al género) es una forma evolucionada por el árbol para favorecer la dispersión de las semillas. Andy se pregunta hasta dónde seguían las semillas, las pintó de color rojo y él mismo las fue soltando desde la copa dejando que el viento se las llevara. Finalizada esta dispersión manual de semillas, las fue detectando por el bosque, y midió la distancia hasta dónde se desplazaron. 

Finalizada la época de los frutos comienza la temporada de floración en plena época de lluvia. Con las flores también llegaron nuevas interrogantes y una serie de problemas para Andy. El asunto más serio era que las flores se abrían de noche y por pocas horas, y al amanecer se marchitaban. Razón por la cual debería pasar noches en vela sobre el árbol. Le precisaron varias noches para saber que una flor después de haber quedado madurando dos semanas, podía abrirse en una noche cualquiera, aproximadamente dos horas luego de la caída del sol, y que todo el proceso duraba un máximo de 30 minutos, quedando un tiempo de dos o tres horas para que mariposas nocturnas y murciélagos la fecundaran. El árbol tiene muchas flores y la floración dura algunos meses y no abren más de cinco a diez flores a la vez así que con todos esos inconvenientes, aunado a resbalones y riesgos constantes de caídas que sufría Andy montado en sus niños noche y día, nuestro amigo botánico tuvo que desistir y decidió quedarse otro año más. Para el año 1982, ya preparándose para la segunda floración, tenía construidas dos plataformas, puentes colgantes, escaleritas y cuerdas en varios sitios estratégicos de sus “niños”, adaptó la plataforma para pasar mayores períodos de tiempo sin tener que bajar, tomando en consideración los chaparrones y temporales de la época del año.

Construyó un catre, subió una colchoneta, puso un techo de plástico y paso largas noches realizando anotaciones. Desde la cima del “niño”, Andy logró tomar excelentes fotos de toda la fauna que interactúa con la Gyranthera. Conotos, colibríes e insectos chupando el néctar de las flores, roedores y pequeños marsupiales, murciélagos, ranas, lagartos, culebras, hongos: todo un mundo fascinante que vive a la altura de 50 metros del suelo, y que nadie conoce, por lo menos en su conjunto. El imán de los polinizadores de la Gyranthera, el  néctar de las flores atraía a pájaros e insectos pero sus verdaderos polinizadores eran mariposas nocturnas de la familia Sphingidae y murciélagos, de estos últimos, ¡más de medio centenar de especies en el bosque de Rancho Grande!

Andy se quedó entre nosotros más de tres años. Junto a un audiovisual realizado en conjunto con la Sociedad Conservacionista Aragua, construye el sendero de interpretación para admirar la maravillosa arquitectura de la selva nublada, sendero que hoy día lleva su nombre. El valor educativo de esta obra era amplio en su propuesta desde ese entonces, y sigue hoy vigente.

Su construcción fue también tema de esfuerzos y avatares que Andy tuvo que enfrentar. Paralelamente, Andy continuó su profundización sobre el estudio de Gyranthera, no como un ser viviente aislado sino tomando en cuenta el ambiente que la rodeaba. Ya que esta especie no crecía según una distribución uniforme en el bosque, sino que estaba concentrada en áreas o islas dentro del él. En su intento por conocer más determina que en una hectárea de bosque había 90 especies diferentes de árboles y 110 sobre las dos hectáreas, siendo esta diversificación de las más altas del mundo, superada solamente por Indonesia y Malasia. En nuevas parcelas de estudio, y subiendo y bajando de sus niños, en busca de más conocimientos, Andy fue hallado sin vida al pie de un niño en pleno estudio, el 4 de agosto de 1984, terminando así la vida de unos de los más brillantes investigadores que ha transitado por Rancho Grande.

En busca del sol soportados en fuertes raíces

La característica distintiva de la Gyrantera son sus raíces tabulares, que le proporcionan sustento y estabilidad, y que pueden confundirse con otras raíces de especies tan altas que compiten por la misma luz del sol como Sloane brevispina (Cadillo), Sloanea caribea (Cobalonga) o Pouteria filipes (Buyero) los cuales pueden ser confundidos por Gyrantheras, debido a la presencia de raíces semejantes. La mayoría de los árboles de la selva nublada tropical son aparentemente similares, de hojas anchas, altos, con una amplia base, de corpulentos troncos y raíces distintivas. Una docena de personas harían el círculo del ancho de un árbol de la selva nublada, cuyos diámetros pueden oscilar entre 80 y 150 centímetros de diámetro. Sus alturas comprenden desde los 30 hasta los 60 metros, tal como nuestra Gyranthera. Los árboles más altos del mundo son las Coníferas conocidas como Secoyas, que sólo crecen en la costa oeste de Norteamérica y pueden superar los 111 metros de altura.


Fauna y vegetación íntimamente relacionada con el “Candelo”
  Ya William Beebe, explorador y naturalista, escribió un fascinante libro High Jungle en el año 1945. Allí, en la estación Biológica de Rancho Grande, narró sobre cómo anidaban en las ramas del “candelo” (candelo tree) una pareja de Halcones Peregrinos (Falco rufigularis), cuya vida observó con binoculares desde la estación biológica. Su polinizador, el  murciélago Anoura geoffroyi, es quien visita a la Gyranthera en busca del rico néctar de sus flores. Por otro lado, y en el calor que ofrecen sus tubulares raíces, pueden eventualmente resguardarse las temidas culebras (no las he visto, pero se presta para ello). Entre las trepadoras, lianas, bejucos o enredaderas que ascienden por los troncos, las Aráceas son los individuos más conspicuos.


Estrategias de reproducción de árboles gigantes como la Gyranthera caribensis

Esta especie se logra reproducir mediante una estrategia denominada por los ecólogos como  “estrategia R” en la cual las semillas son dispersadas por el viento y requieren cantidades intermedias de luz solar. Se desarrollan dentro del tipo de ambiente forestal caracterizado por la muerte escalonada de numerosos árboles invasores, condición frecuente en los gigantes de los bosques como los “mijaos” (Anacardium excelsum) y las misma Gyranthera. Los árboles gigantescos que presentan esta estrategia son algunos de los que hacen que los techos de los bosques tropicales sean irregulares, son árboles que, cuando maduros, sobresalen del promedio de altura de los demás.



Lugares donde existe el “Candelo”,  “Cucharón” o “Niño” en Venezuela
El investigador Andy Field fue pionero en la actividad de escalada de los árboles y fue el botánico estudioso del polinizador del “niño”. Field conoció poblaciones de Gyranthera caribensis en el Parque Nacional Yurubí, en la zona norte de Aroa en el Estado Yaracuy, en las sierras de Miranda, Aragua, Carabobo, Falcón, Lara y Zulia.



Edad estimada de un “niño”

En base a las manchas de “niños” detectadas bajo cartografías aéreas encontradas en el Parque Nacional San Esteban en el Estado Carabobo, se estimó que estos árboles podrían estar allí desde el período de alta población indígena en época temprana de la colonia, aproximadamente en el año 1550 o justo después de la época después de la Guerra de Independencia. Es decir, de 460 a 200 años de edad, estimada según estas fechas.



Algunos datos Generales sobre el Parque Nacional Henri Pittier
Fue el primer Parque Nacional establecido en Venezuela en 1937, por iniciativa y gestión del científico Suizo Henri Pittier. Está ubicado entre los estados Aragua y Carabobo. En él se encuentra una variedad de hábitats ubicados sobre un gradiente altitudinal que va desde los 0 hasta los 2.436 msnm. Posee una gran diversidad biológica y pertenece al hotspot de los Andes Tropicales. En el parque se han reportado unas 140 especies de mamíferos, 580 de aves, 97 de reptiles y 38 de anfibios. Sólo para el sendero de Andrew Field, se han inventariado 89 especies distintas de árboles.




Fotografías Edgloris Marys
http://www.siempre-verde-venezuela.blogspot.com/
siempreverde.venezuela@gmail.com

TESOROS DE NUESTRA BIODIVERSIDAD

LOS COCODRILOS DE VENEZUELA

César L. Barrio Amorós
Director Ejecutivo de la Fundación AndígenA



¿Cuál es la diferencia entre un cocodrilo y un caimán? ¿sabes cuántas especies existen en Venezuela? La respuesta a esta pregunta podría salvarte la vida si en algún momento decides refrescarte inocentemente en aguas que le pertenecen a estos respetables y temidos reptiles.  

FEROCES Y TEMIDOS DEPREDADORES

Estás nadando en un remanso, disfrutando del agua fresca en una tarde calurosa. Salpicas, ríes, juegas y te abandonas a los placeres del relax. Pero no sabes que unos pequeños ojos inexpresivos te están observando. Analizan cada uno de tus movimientos para detectar si eres una presa factible o peligrosa; pero al rato concluyen que un animal desnudo, sin escamas, ni pelaje, ni plumas, tan estúpido como para atraer su atención de esa manera no puede dejar de ser la cena. El observador se sumerge lentamente, sin dejar apenas ondas en el agua. Nadie te culpa de no verlo. De hecho, ningún animal mil veces más dotado que un humano sería capaz de hacerlo. Y de repente sucede. Un estallido en el agua hace que te des la vuelta; lo último que verás son unas fauces rellenas de decenas de dientes blancos y triangulares que te apresan, cerrándose sobre tu torso, escucharás cómo tus huesos chasquean, después… nada.

Esta escena ha podido ocurrir en cualquier país tropical del mundo, donde pululan los depredadores más infames, y a la vez más fascinantes, del planeta. Es, empero, en África y Australia donde se da el mayor número de casos de ataques de grandes cocodrilos a humanos. Será porque en el resto del mundo ya casi han sido exterminados. Sin embargo, hasta hace tan sólo 50 años, en Venezuela también eran comunes casos como el que describo. En la época en que abundaban estos animales, era frecuente que hicieran presa especialmente a mujeres que iban a la orilla del río a lavar ropa. El Padre Gumilla narra, en el siglo XVII, que “en los raudales furiosos y remolinos en los que ocurren naufragios de embarcaciones, junto a los sitios en que los pobladores concurren a lavarse o tomar agua, hay caimanes (=cocodrilos) cebados en la carne humana”. Humboldt también recoge casos similares en 1800, “nos decían los indios que en San Fernando [de Apure] apenas se pasa el año sin que dos o tres personas adultas, mujeres sobre todo que van a recoger agua al río, sean devoradas por estos lagartos carniceros”. Y todos sabemos lo que le pasó a Mercedes a la orilla del río. El tío Simón demasiadas veces nos lo cantó. El protagonista de estos sucesos es el cocodrilo del Orinoco, con quien volveremos más adelante.

En verdad pocos depredadores causan en el mundo un tan marcado, profundo y temeroso respeto, como los cocodrilos, mal llamados “seres de sangre fría”, son animales ectodermos que necesitan del calor del sol para regular su temperatura corporal y así mantenerla dentro de los niveles óptimos para su metabolismo.

Son reptiles que datan desde hace más de 200 millones de años, y por tanto seres que se arrastran, están armados de dientes enormes, sus ojos son pequeños e inexpresivos, de pupila vertical, que no dejan saber lo que piensan; pueden estar completamente quietos por horas, y un leve movimiento de una gacela, un venado o un chigüire a dos metros los hace explotar de actividad, desarrollando una velocidad tan prodigiosa que sorprende a cualquier incauto que se acerque demasiado.

Pocos saben, sin embargo, que Venezuela es uno de los cuatro países del mundo (junto a Brasil, Perú y Ecuador) que cuenta con mayor número de especies de cocodrílidos (orden Crocodylia), cinco especies (sólo otro país, Colombia, cuenta con más: seis). En todo el mundo existen 23 especies. En Venezuela existen tres especies de caimanes (familia Alligatoridae): la primera es la baba o caimán de anteojos (Caiman crocodylus) que posee dos formas o subespecies (C.c. crocodylus al este de los Andes, y C.c.fuscus, la babilla, en la Hoya del Lago de Maracaibo). Existen además dos especies más pequeñas y de hábitos más discretos, el babo morichalero, (Paleosuchus palpebrosus) y el babo negro (Paleosuchus trigonatus). Y por supuesto, los dos cocodrilos, el Llanero o del Orinoco (Crocodylus intermedius), y el de la Costa o Americano (Crocodylus acutus). Un escenario muy diferente encontraríamos en el período miocénico (hace entre 8 y 26 millones de años), cuando en el noroeste de Venezuela cohabitaron 14 especies de cocodrílidos, ¡algunos de hasta 11m de longitud!


¿COCODRILO O CAIMÁN?

 

 Antes de adentrarnos en explicaciones concretas para cada especie, hay que aclarar dos cuestiones que emergen repetitivamente siempre que se habla sobre tales animales. Una es sobre la terminología empleada para referirse a los mismos; y la otra, muy ligada, es ¿cómo se distingue un cocodrilo de un caimán?


Es curioso que en otros países la discusión terminológica no exista (tal vez sólo en Colombia). Pero para responder hay que saber diferenciar antes los dos tipos de animales. Los caimanes poseen un par de características anatómicas que los diferencian rápidamente de los cocodrilos. Las dos especies de cocodrilos venezolanas poseen un hocico extremadamente largo en comparación con el de los verdaderos caimanes, y los dientes de la mandíbula superior caen sobre los de la inferior en los caimanes, sin que ninguno de ésta sobresalga. En cambio, en la mandíbula inferior de los cocodrilos el quinto diente sobresale cuando la superior se cierra. Además, las dos especies de cocodrilos suelen alcanzar hasta cinco metros (hay reportes de hasta siete), mientras que el caimán más grande del que se tiene noticia en Venezuela no sobrepasó los tres metros.

Ahora, ¿qué es una “baba” o “babilla”? La verdad es que no entiendo por qué se denomina en Venezuela y Colombia con ese nombre al caimán de anteojos (no he logrado desentrañar el misterio etimológico), mientras que a los verdaderos cocodrilos (el llanero y el de la costa) se los denomina “caimanes”, induciendo de esa forma a la confusión. Para estar claros, todos los científicos y quienes se interesan por las especies, deberían llamar caimanes a los integrantes de la familia Alligatoridae (géneros Caiman y Paleosuchus) y cocodrilos a los de la familia Crocodylidae (género Crocodylus).


BABA O CAIMÁN DE ANTEOJOS

Sin duda es el más común de los saurios acorazados del Neotrópico, y sin duda una imagen familiar para quien viaje por el interior del país a través de los Llanos. Su estampa omnipresente en las orillas de esteros y lagunas lo convierte en un elemento paisajístico característico del Llano venezolano. La baba o caimán de anteojos (Caiman crocodylus) se distribuye a lo largo y ancho del país, exceptuando las zonas montañosas. Existen dos subespecies, Caiman c. crocodylus, habitante de Llanos y al sur del Orinoco, y C. c. fuscus, la babilla de los zulianos, que habita la hoya del Lago de Maracaibo. Sus diferencias son básicamente en coloración (más pálido el primero, y más oscuro el segundo) y por el tamaño mayor del primero. De todas maneras hay autores que no considera válida esta diferenciación.



El caimán de anteojos es un depredador de peces, aves y pequeños mamíferos, que no entraña peligro alguno para el hombre. Más bien es tímido y escapa al menor acercamiento. No obstante, hay que tener en cuenta su fortaleza (para mí, proporcionalmente a su tamaño mucho más poderosa que la de un cocodrilo verdadero), y evitar accidentes cuando se manejan.


PALEOSUCHUS, CAIMANES ENANOS

De apariencia prehistórica, los pequeños caimanes del género Paleosuchus son sin duda los grandes desconocidos del público. Son poco conspicuos y sólo habitan morichales y selva profunda. Tampoco existen en grandes concentraciones como las babas, y su tamaño nunca sobrepasa los dos metros. El babo negro (P. trigonatus) de hecho es un solitario que prefiere los tramos de los ríos con mayor corriente, incluso rápidos, aunque también puede buscar su alimento lejos del agua, en el suelo de la selva; les gustan las aguas negras al sur del Orinoco. Se alimentan de invertebrados (caracoles dulceacuícolas) y pequeños vertebrados. Su pariente cercano, el babo morichalero (P. palpebrosus), como su nombre indica, gusta de los morichales de aguas claras, aunque también pueden hallarse en selva inundada, y arroyos de poco caudal. Es la especie de cocodrílido más pequeña de América, y no suelen sobrepasar el metro y medio. Su alimentación es primordialmente a base de invertebrados, moluscos y crustáceos.


LOS VERDADEROS COCODRILOS

 




Existe una eterna discusión sobre cuál de las dos especies puede llegar a ser mayor. Escribió Humboldt en sus viajes equinocciales, refiriéndose al cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius): “(…)Hacia las cuatro de la tarde nos detuvimos para medir un cocodrilo muerto que el río había arrojado a la playa. Tenía sólo 16 pies 8 pulgadas de largo; algunos días después halló el Sr. Bonpland  otro, un macho, cuya longitud era de 22 pies 3 pulgadas” (lo que equivale a 6.70 m). Este animal debió ser un verdadero monstruo, y en aquélla época no eran infrecuentes animales verdaderamente enormes. No obstante, según varios autores, existen cocodrilos americanos o costeros (Crocodylus acutus) que sobrepasaron los 7m, lo cual indica que esta especie sobrepasaba incluso el tamaño de los famosos cocodrilos del Nilo, y se acercan a los no menos famoso “salties” o cocodrilos de agua salada del Indo Pacífico, sin duda la especie de mayor tamaño y peligrosidad.

Como se ha comentado al principio, ambas especies potencialmente pueden constituir una amenaza para el ser humano (al fin y al cabo no somos más que unos deliciosos mamíferos sin pelo), pero por supuesto que el número de ambos ha descendido de tal manera que encuentros lamentables sólo ocurren para los cocodrilos. En el mundo sólo existen unos 800 adultos de “Orinoco” (como me gusta llamar a los cocos del Orinoco), entre Venezuela y Colombia, por lo que se trata de una especie seriamente amenazada de extinción. El tráfico de pieles durante la primera mitad del siglo XX fue tan dañino, que en un único año los “caimaneros” podían acabar con 350.000 ejemplares. ¡Y esto ocurrió desde los años 20 hasta los 70!
El cocodrilo americano, por su parte, existe en una considerable franja costera del Caribe y Pacífico, y se encuentra en menor peligro, aunque en Venezuela sus poblaciones están sufriendo la competencia directa del hombre, su mayor población en el país se encuentra en el Parque Nacional Laguna de Tacarigüa en el estado Miranda. En condiciones naturales, ambas especies se alimentan de peces principalmente, sin desdeñar grandes mamíferos y aves.



lunes, 9 de mayo de 2011

NATURALISTAS SIN FRONTERAS

El Lince Ibérico, “El último bandolero de Europa”

 por: Txiqui Lópex  / Ferran Aguilar Antón




El lince es un felino que esconde una historia que sólo unos cuantos se imaginarían. Si bien se encuentra al borde de la extinción, se está llevando a cabo un excelente programa para preservar su legado. Y saber que se puede visitar al paraíso en el que aun habitan es un privilegio de pocos.
Amanece en el barranco de los chopos, el rocío empapa la vegetación,  las jaras pringosas parecen llorar empapadas en gotas de agua. La mañana es húmeda y fría. Los mojinos despiertan, y sus chillidos anuncian un nuevo día en el corazón de Sierra Morena.

Situada entre la estepa cerealista y los olivares jinesenses, encontramos una sierra erosionada y dura. La roca granítica, aparece desgastada formando grandes bloques (peñoneras), rodeada de barrancos y pequeños valles en los que aparecen arroyos reseguidos por hileras de adelfas que marcan sus accidentados trayectos. Y todo, enmarcado en una gran dehesa de chaparros que manchan el paisaje como si la piel del lince se tratase.

Este paisaje tiene un valor por sí mismo. Si paseamos de una manera pausada, parecerá que nos transporta hasta los antiguos paisajes de íberos y romanos.

Este es el hogar del lince ibérico, un nido de biodiversidad y de belleza natural. Una de las joyas naturales más importantes de Europa.

El Lince, joya viviente de Europa

El conocimiento paleontológico de la aparición del lince en la península ibérica se remonta a unos 500.000 años. En el yacimiento de Atapuerca (Burgos) se han encontrado restos fósiles de este felino (de unos 300.000 años) que, curiosamente, compartía el espacio vital con: leones, hienas, rinocerontes y mamuts.

Una de las características de este animal es su enorme especialización en la caza del conejo. Seguramente esta característica le ayudó a superar el enorme declive que sufrieron sus vecinos. Desgraciadamente, lo que una vez le hizo fuerte, hoy le hace vulnerable.

La introducción artificial de la mixomatosis en la Francia de 1952, redujo el 90% del conejo silvestre en la Península. Más tarde, en el año 1988 otra enfermedad llegó a la Península: la neumonía, o la enfermedad hemorrágico-vírica también llamada RDH, lo que dejó esquilmada a la población de conejos. El resultado: los linces se mueren de hambre.

Además de la velocidad de propagación de las enfermedades hay que añadir la cacería furtiva y su atropellamiento en las carreteras, convirtiendo al lince ibérico en el felino más amenazado del mundo, catalogado como “en peligro crítico” según UICN/SSC. Ésta sería la primera especie de felino en desaparecer desde la última glaciación desde el tigre diente de sable.

Actualmente, no quedan más de 200 linces en libertad. Verdaderamente la especie está al borde del abismo genético. No en vano, se está realizando un trabajo concienzudo en el programa de conservación “Ex-situ” donde se están reproduciendo linces con éxito. Este programa está dirigido por la doctora Astrid Vargas,una especialista en mamíferos.

También se está mejorando el hábitat del lince tanto en el Parque Nacional de Doñana como en el Parque Natural de la Sierra de Andújar. Este enclave, es el más importante por el número de ejemplares que viven en libertad, y es el que aporta más cachorros para el programa de cría.

Todo esto es posible gracias a la ayuda del programa de fondos Europeos LIFE, que costea una gran parte de los proyectos.


Una visita obligada

Decían los bandoleros que “esta sierra sólo se la conoce cuando se la camina”.
Es una visita obligada realizar uno de los senderos señalizados del Parque Natural. Es una buena oportunidad para disfrutar del paisaje y también para realizar alguna observación naturalista. Hay que caminar en silencio ya que hay una gran cantidad de mamíferos que en cualquier momento se pueden cruzar en nuestro camino: venados, jabalís y gamos son muy abundantes por todo el parque, especialmente en zonas boscosas que tengan algún claro. En las zonas rocosas de la finca de Escoriales y Cabeza Parda, podemos observar muflones y con mucha suerte alguna cabra hispánica.

En la carretera de la Lancha seguiremos una pista que nos ofrece un paisaje excepcional. Fincas de ganado vacuno, encinares y montículos rocosos. Una diversidad paisajística  que aporta una gran riqueza en aves. En este trayecto es posible observar al buitre negro, el buitre leonado y al águila real. También aves de menor tamaño como perdices, mojinos, críalos y algún pito verde. Un constante estímulo, que no nos dejará descansar.

Ya cerca del poblado de la Lancha cerca del pantano, es fácil observar al águila imperial y algunos buitres que remontan las térmicas por encima de la finca de Cabeza Parda. En las zonas rocosas también podemos ver al roquero solitario, un ave insectívora de tamaño mediano con un plumaje azulado de brillos metalizados.

Otro recorrido muy recomendable es el del Encinarejo: un itinerario diseñado en torno al río Jándula. Se inicia en un puente de hierro que atraviesa el río, justo en la entrada al Parque natural. En todo el río, hay que destacar la frondosidad de su bosque de ribera, constituido básicamente  por: alisos, fresnos y adelfas que marcan los caminos de agua. Estos sirven a la  fauna como corredores biológicos.
En este recorrido hay que estar muy atentos. Es una zona frecuentada por los linces ya que es un punto de mucha abundancia de conejos. También los meloncillos frecuentan las orillas. Por la mañana temprano o al atardecer podemos deleitarnos con los juegos de las nutrias y algún Martín pescador que atrapa los últimos alevines del día.

El Parque Natural de la Sierra de Andújar es uno de esos espacios que te transportan hasta antiguos paisajes, hasta tiempos lejanos, donde podemos disfrutar de la fauna como en ningún otro lugar de la Península. La amabilidad de sus pobladores nos invita aún más a conocer la biodiversidad de este lugar. Una de esas citas que cualquier amante de la naturaleza no se debe perder.
Sierra de Andújar, sierra de vida, aullidos y rezos.....montes de cobijo.




INFORMACIÓN COMPLEMETARIA
Parque Natural Sierra de Andujar
Extensión: 74.774Has.
Provincia : Jaén
Ecosistemas y formaciones: Bosque mediterráneo esclerófilo, bosque adehesado, bosque de confieras, bosque de ribera.
Altitud: Entre los 196 y 1.291 metros sobre el nivel del mar, en Sierra Quintana.
Términos municipales: Andújar, Baños de Encina, Marmolejo y Villanueva de la Reina.