martes, 10 de mayo de 2011

EXPLORANDO MARAVILLAS


El Gigante de la Selva Nublada

 por: Rosa Elena Albornoz



Los gigantes de la selva nublada guardan secretos y misterios que aún están por develarse, pero ¿podrías tú imaginarte viviendo en la copa de un árbol de más de 50m de altura para descubrir cada uno de esos misterios? Llénate de magia y ciencia gracias a las grandes travesías y descubrimientos de  Andrew Field, quien dio hasta la vida por sus “niños”.


En memoria de  Andrew Field 
Cuando casi culminaba de escribir este artículo sobre los árboles de la especie endémica Gyranthera caribensis, o cómo se le llama en criollo, Cucharón o Niño, en base a un no muy abundante material que hay sobre el tema, nos llega a la Organización SiempreVerde, gracias a la gentil cortesía del Dr. Gerardo Aymard (UNELLEZ), el libro sobre la vida del botánico inglés Andrew Field, cuya lectura terminó por responder varias preguntas que tenía sobre estos árboles.

Al leer todo el recorrido que Andy realizó para investigar sobre la Gyranthera, el planteamiento de sus interrogantes, la forma en la que buscaba respuesta a ellas; y la manera creativa, voluntariosa, dedicada y apasionada con la que afrontó su estudio; se puede afirmar (sin dudar) que la labor de un investigador es ardua, solitaria, con pocas o escasas recompensas. Pero esa búsqueda incesante de respuestas a las más increíbles preguntas, urgentemente dictadas desde el interior, tal y como si fueran formuladas por un niño, consiguen finalmente ser contestadas de forma certera, clara y veraz. Es difícil conseguir un tesoro sin invertir en ello tiempo, dinero, esfuerzo y la vida misma. Personalmente considero que Andy consiguió su tesoro en nuestra tierra y que lo dejó todo por conocer sobre la biología y la ecología de Gyranthera caribensis. He aquí algunas notas concentradas, de tan interesante árbol y de quién se hizo leyenda en Venezuela por investigar y amar a esta especie. Gracias les doy, a ustedes lectores, por transmitir este artículo para que más personas conozcan sobre nuestro gigante de la selva nublada y sobre quién estudió desde el dosel del bosque a esta especie del mundo vegetal.

Andy Field llega a Venezuela en mayo de 1981, para terminar su tesis de Doctorado basada en el estudio de los grandes árboles de la Selva Nublada. Su meta era conocer lo que pasaba en la copa de estos árboles. Escogió como área de trabajo la Selva Nublada del Parque Nacional Henri Pittier, allí abundan los “niños” (Gyranthera caribensis) llamados también “candelos” o “cucharones”, colosos de la familia Bombacaeae, que pueden medir más de 60 metros de altura. Las ramas de este árbol abren más arriba de los 35 metros. Desde abajo, se puede observar este árbol como un portento y fortaleza de madera. Andy logra llegar a sus copas utilizando la técnica de los escaladores, con un equipo en calidad de préstamo. Insatisfecho con sólo escalarlos, idea la manera de construir una plataforma que realiza con materiales de demoliciones y la construye a 38 metros de altura, sitio desde donde abrían las ramas. Dicho trabajo le toma varias semanas y finalmente lo culmina  en época en que estaban maduros los frutos.

Allí logra observar que los frutos pueden llegar a pesar hasta 2 KS. y este hecho lo emociona. Si los frutos cayeran desde tal altura seguramente le ocasionarían una herida o lesión a cualquiera, pero Field advierte que no son los frutos los que caen, ya que, en un momento dado, la fruta se abre y los cinco elementos que la protegen, como  duelas de un tonel, caen, cuales grandes cucharones, de allí el nombre que la fantasía popular endosó a este árbol. Caídos los cucharones quedan cinco gajos (como bolsitas de papel) donde se encuentran las semillas que descienden al bosque dando vueltas como hélices, dejándose transportar suevamente por el viento. El mecanismo de bajada “giratoria” (de aquí el nombre de Gyranthera que los botánicos dieron al género) es una forma evolucionada por el árbol para favorecer la dispersión de las semillas. Andy se pregunta hasta dónde seguían las semillas, las pintó de color rojo y él mismo las fue soltando desde la copa dejando que el viento se las llevara. Finalizada esta dispersión manual de semillas, las fue detectando por el bosque, y midió la distancia hasta dónde se desplazaron. 

Finalizada la época de los frutos comienza la temporada de floración en plena época de lluvia. Con las flores también llegaron nuevas interrogantes y una serie de problemas para Andy. El asunto más serio era que las flores se abrían de noche y por pocas horas, y al amanecer se marchitaban. Razón por la cual debería pasar noches en vela sobre el árbol. Le precisaron varias noches para saber que una flor después de haber quedado madurando dos semanas, podía abrirse en una noche cualquiera, aproximadamente dos horas luego de la caída del sol, y que todo el proceso duraba un máximo de 30 minutos, quedando un tiempo de dos o tres horas para que mariposas nocturnas y murciélagos la fecundaran. El árbol tiene muchas flores y la floración dura algunos meses y no abren más de cinco a diez flores a la vez así que con todos esos inconvenientes, aunado a resbalones y riesgos constantes de caídas que sufría Andy montado en sus niños noche y día, nuestro amigo botánico tuvo que desistir y decidió quedarse otro año más. Para el año 1982, ya preparándose para la segunda floración, tenía construidas dos plataformas, puentes colgantes, escaleritas y cuerdas en varios sitios estratégicos de sus “niños”, adaptó la plataforma para pasar mayores períodos de tiempo sin tener que bajar, tomando en consideración los chaparrones y temporales de la época del año.

Construyó un catre, subió una colchoneta, puso un techo de plástico y paso largas noches realizando anotaciones. Desde la cima del “niño”, Andy logró tomar excelentes fotos de toda la fauna que interactúa con la Gyranthera. Conotos, colibríes e insectos chupando el néctar de las flores, roedores y pequeños marsupiales, murciélagos, ranas, lagartos, culebras, hongos: todo un mundo fascinante que vive a la altura de 50 metros del suelo, y que nadie conoce, por lo menos en su conjunto. El imán de los polinizadores de la Gyranthera, el  néctar de las flores atraía a pájaros e insectos pero sus verdaderos polinizadores eran mariposas nocturnas de la familia Sphingidae y murciélagos, de estos últimos, ¡más de medio centenar de especies en el bosque de Rancho Grande!

Andy se quedó entre nosotros más de tres años. Junto a un audiovisual realizado en conjunto con la Sociedad Conservacionista Aragua, construye el sendero de interpretación para admirar la maravillosa arquitectura de la selva nublada, sendero que hoy día lleva su nombre. El valor educativo de esta obra era amplio en su propuesta desde ese entonces, y sigue hoy vigente.

Su construcción fue también tema de esfuerzos y avatares que Andy tuvo que enfrentar. Paralelamente, Andy continuó su profundización sobre el estudio de Gyranthera, no como un ser viviente aislado sino tomando en cuenta el ambiente que la rodeaba. Ya que esta especie no crecía según una distribución uniforme en el bosque, sino que estaba concentrada en áreas o islas dentro del él. En su intento por conocer más determina que en una hectárea de bosque había 90 especies diferentes de árboles y 110 sobre las dos hectáreas, siendo esta diversificación de las más altas del mundo, superada solamente por Indonesia y Malasia. En nuevas parcelas de estudio, y subiendo y bajando de sus niños, en busca de más conocimientos, Andy fue hallado sin vida al pie de un niño en pleno estudio, el 4 de agosto de 1984, terminando así la vida de unos de los más brillantes investigadores que ha transitado por Rancho Grande.

En busca del sol soportados en fuertes raíces

La característica distintiva de la Gyrantera son sus raíces tabulares, que le proporcionan sustento y estabilidad, y que pueden confundirse con otras raíces de especies tan altas que compiten por la misma luz del sol como Sloane brevispina (Cadillo), Sloanea caribea (Cobalonga) o Pouteria filipes (Buyero) los cuales pueden ser confundidos por Gyrantheras, debido a la presencia de raíces semejantes. La mayoría de los árboles de la selva nublada tropical son aparentemente similares, de hojas anchas, altos, con una amplia base, de corpulentos troncos y raíces distintivas. Una docena de personas harían el círculo del ancho de un árbol de la selva nublada, cuyos diámetros pueden oscilar entre 80 y 150 centímetros de diámetro. Sus alturas comprenden desde los 30 hasta los 60 metros, tal como nuestra Gyranthera. Los árboles más altos del mundo son las Coníferas conocidas como Secoyas, que sólo crecen en la costa oeste de Norteamérica y pueden superar los 111 metros de altura.


Fauna y vegetación íntimamente relacionada con el “Candelo”
  Ya William Beebe, explorador y naturalista, escribió un fascinante libro High Jungle en el año 1945. Allí, en la estación Biológica de Rancho Grande, narró sobre cómo anidaban en las ramas del “candelo” (candelo tree) una pareja de Halcones Peregrinos (Falco rufigularis), cuya vida observó con binoculares desde la estación biológica. Su polinizador, el  murciélago Anoura geoffroyi, es quien visita a la Gyranthera en busca del rico néctar de sus flores. Por otro lado, y en el calor que ofrecen sus tubulares raíces, pueden eventualmente resguardarse las temidas culebras (no las he visto, pero se presta para ello). Entre las trepadoras, lianas, bejucos o enredaderas que ascienden por los troncos, las Aráceas son los individuos más conspicuos.


Estrategias de reproducción de árboles gigantes como la Gyranthera caribensis

Esta especie se logra reproducir mediante una estrategia denominada por los ecólogos como  “estrategia R” en la cual las semillas son dispersadas por el viento y requieren cantidades intermedias de luz solar. Se desarrollan dentro del tipo de ambiente forestal caracterizado por la muerte escalonada de numerosos árboles invasores, condición frecuente en los gigantes de los bosques como los “mijaos” (Anacardium excelsum) y las misma Gyranthera. Los árboles gigantescos que presentan esta estrategia son algunos de los que hacen que los techos de los bosques tropicales sean irregulares, son árboles que, cuando maduros, sobresalen del promedio de altura de los demás.



Lugares donde existe el “Candelo”,  “Cucharón” o “Niño” en Venezuela
El investigador Andy Field fue pionero en la actividad de escalada de los árboles y fue el botánico estudioso del polinizador del “niño”. Field conoció poblaciones de Gyranthera caribensis en el Parque Nacional Yurubí, en la zona norte de Aroa en el Estado Yaracuy, en las sierras de Miranda, Aragua, Carabobo, Falcón, Lara y Zulia.



Edad estimada de un “niño”

En base a las manchas de “niños” detectadas bajo cartografías aéreas encontradas en el Parque Nacional San Esteban en el Estado Carabobo, se estimó que estos árboles podrían estar allí desde el período de alta población indígena en época temprana de la colonia, aproximadamente en el año 1550 o justo después de la época después de la Guerra de Independencia. Es decir, de 460 a 200 años de edad, estimada según estas fechas.



Algunos datos Generales sobre el Parque Nacional Henri Pittier
Fue el primer Parque Nacional establecido en Venezuela en 1937, por iniciativa y gestión del científico Suizo Henri Pittier. Está ubicado entre los estados Aragua y Carabobo. En él se encuentra una variedad de hábitats ubicados sobre un gradiente altitudinal que va desde los 0 hasta los 2.436 msnm. Posee una gran diversidad biológica y pertenece al hotspot de los Andes Tropicales. En el parque se han reportado unas 140 especies de mamíferos, 580 de aves, 97 de reptiles y 38 de anfibios. Sólo para el sendero de Andrew Field, se han inventariado 89 especies distintas de árboles.




Fotografías Edgloris Marys
http://www.siempre-verde-venezuela.blogspot.com/
siempreverde.venezuela@gmail.com

17 comentarios:

  1. Excelente articulo... conocimos a Andy cuando estuvo en Rancho Grande y fue muy triste su muerte. Es importante que mas personas conozcan de las maravillas de nuestro país. Bellas las fotos. Felicitaciones!!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. qué bonito...

    yo también conocí a Andrew cuando era muy niña, tal vez tenía 7 añitos, Dios... pero me acuerdo perfectamente, él sobre un árbol, de ojos achinados, piel blanca, contextura delgada, ágil, y así como con esa expresión animal de desconfianza, propia de cuando hay extraños... así lo recuerdo yo :D

    saludos desde Cagua, excelente artículo, estaba buscando fotos de él y me topé con este artículo...

    Miroslava Alvarado

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Muchas gracias por leernos y por tu cometario. Saludos cordiales.

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  4. Que hermoso recordar al querido Andy. Que su contribución científica perdure en el tiempo, sea difundida y reconocida, es un tributo a el gran ser humano que fue.

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  5. Que hermoso recordar al querido Andy. Que su contribución científica perdure en el tiempo, sea difundida y reconocida, es un tributo a el gran ser humano que fue.

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  6. Esto que voy a escribir les parecerá extraño. Siendo estudiante del Instituto Universitario Tecnológico del Yaracuy, en una visita que hacíamos al Parque Nacional Henri Pittier, conocimos a Andy, quien nos llevó a conocer sus métodos de investigación del Gyranthera caribensis. A pesar de mi entusiasmo estudiantil, a mí me pareció muy peligroso la forma que usaba para escalar los árboles, pero al escuchar su explicación de cómo practicaba la escalada, mi temor pasó a segundo plano. Parecía muy seguro de lo que hacía. Poco tiempo después me enteré de su muerte mientras realizaba su trabajo de campo y, no sé por qué, (tal vez por la impresión en mi mente joven), de tanto en tanto, a través de los años, me ha venido a la memoria su nombre, el que nos dijo cuando se presentó ante nosotros: Andy. Hoy estaba pensando, y me vino su nombre a la mente, busqué en internet y encontré este artículo y la noticia de que había sido escrita, entiendo, una biografía sobre él. Siento que se ha cerrado un círculo con la lectura de este articulo. Círculo que comenzó con la visita al Henri Pittier, compartir con Andy unas pocas horas, el saber de su muerte y el día de hoy en que lo recordé sin querer. Es verdad que las personas siguen vivas mientras estén en nuestra memoria. Andy sigue vivo para mí. En cada floración, en cada fruto de Gyranthera caribensis que existe y cuyas semillas volarán al viento, sigue vivo. Un viento que en silencio pronunciará un nombre, su nombre: Andy

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    1. Hola Vito, que hermosas palabras. Yo tome las fotos para este articulo. Saludos,
      Edgloris Marys

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  7. Hola buenas tardes, estoy interesado en prestar apoyo en reproduccion de grandes arboles, en estos momentos estoy preparando la recoleccion de semillas de Ceiba (Ceiba pentandra), me encuentro ubicado en Cagua Estado Aragua y queria saber si hay posibilidad de reproducir arboles de Gyranthera caribensis con fines ecologicos de reforestacion local

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    1. Hola! Gracias por leernos y compartir tus inquietudes. Debes contactar al encargado de la estación biológica Rancho Grande, puedo enviarte los daos si nos escribes a siempreverde.venezuela@gmail.com

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  8. Hola. Recorrí el sendero de Andrew Field hace algunos años (aproximadamente en el 2000). Fue una experiencia maravillosa, en ese entonces estudiaba fotografía y disfruté enormemente la luz, las sombras, la atmósfera del lugar. Recuerdo los "niños", el triángulo de los deseos, las lianas, la aves, colores y olores increíbles.
    Me llamó la atención el cuento de que, luego de fallecido, Andrew se aparecía a explorados perdidos y los guiaba sin que éstos supieran que estaba muerto. Era una anécdota que le daba más misterio y emoción al recorrido y a la magia de Rancho Grande. De esta publicación me llama la atención que el propio Andrew realizara registro fotográfico de su trabajo. ¿Sabes dónde se puede consultar? ¿Es posible?
    Gracias por compartir este hermoso y didáctico texto.

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    1. Hola Johanna! Gracias por leernos. Yo tengo un librito que me prestó un amigo, quizás pueda digitalizarlo y enviartelo, en cuanto tenga tiempo. Envianos tu email. Saludos!

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  9. Hola me llamo Rafael Ortiz. soy biólogo-botánico-ecólogo.vengo trabajando con especies botánicas amenazadas de extinción.Coeditor del libro rojo de la flora venezolana. He estado rescatando el arbol llamado "nogal de Caracas" (Juglans venezuelensis),en peligro crítico de extinción, en el Parque Waraira repano (al norte de la Capital Caracas). Ahora me estoy dedicando a la conservación de Gyranthera caribensis, la cual consideramos como de menor riesgo (casi amenazada) en Libro rojo. Para mi pensar, basandome en su actual distribución,sumado al cambioclimático, esta especie debe ser reconsiderada en cuanto su categoría de amenaza.Hemos comenzado a reproducirla y reintroducirla en el sendero Andrew Field y sus alrededores,pero se necesita mas esfuerzo y dedicación. Acepto contribuciones científicas e interesados en trabajar en campo, hay una lista de especies prontas a ser conservadas y así aumentar la recoleccion de germoplasma (semillas o propágulos) rafaelenriqueortizq@gmail.com. 02443953389

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  10. Saludos cordiales a todos,la verdad no tuve el privilegio de conocer a éste gran personaje,mi hmna si por que perteneció a la Sociedad Conservacionista de Aragua,mi mamá también lo conoció, pero ella me contaba tantas cosas de el, que desde pequeña siento una gran admiración por el,es como si lo hubiese conocido,estuve en los Scouts,y gracias a ello tuve la oportunidad de ir a Rancho Grande,se podrán imaginar mi emoción,y bueno después de tanto buscar, por fin conseguí sus fotografías.y lo que el estudiaba,como llegó a Venezuela,sus investigaciones, etc, pero me gustaría poder saber más.me gustaría saber dónde puedo conseguir más información, gracias.Muy interesante todo.

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