martes, 10 de mayo de 2011

SECRETOS DEL REINO ANIMAL

LAS CASCABELES ENDEMICAS DE VENEZUELA
VENEZUELA: TIERRA DE CASCABELES

 por: Luis Fernando Navarrete



La serpiente de cascabel es, sin lugar a dudas, una hermosa encantadora. Sus características la hacen única entre todas. Y su veneno, muy tóxico pero que lejos de desprestigiarla, la ha hecho ganarse el lugar de dadora de vida, entérate porqué. 

Las llamadas serpientes de cascabel, del género Crotalus, son serpientes de dentadura solenoglifa (que poseen un par de colmillos móviles localizados en la parte anterior del maxilar superior). Poseen un eficiente aparato para inyectar veneno que funciona como una inyectadora hipodérmica. Llegan -inclusive- a ser más eficientes en este menester que cualquier inyectadora, no sólo por el conducto acanalado del colmillo con un corte biselado en la punta, sino por la curvatura de sus colmillos que les permiten penetrar con más eficiencia.

La palabra Crotalus viene del griego “crotalon”, que quiere decir “cascabel” o “campana pequeña”. Esta es la característica distintiva y principal del género, la presencia de un apéndice córneo en la punta de la cola: el crótalo o cascabel.

Con el sonido tan particular que se produce a partir del rápido batir de su cola le advierte a sus potenciales agresores que no se acerquen porque serían atacados. Las serpientes venenosas utilizan sus toxinas principalmente para eliminar a sus presas, predigerir el alimento y sólo como última opción, en función defensiva. No les conviene atacar siempre por defensa, ya que es demasiado el gasto energético que requieren para reponer el veneno.

Las serpientes de cascabel se encuentran distribuidas desde Estados Unidos por todo el continente americano, incluyendo algunas islas, y con excepción de Panamá y Chile. Los síntomas de envenenamiento, al igual que sus toxinas, varían según el área geográfica y la especie, inclusive entre sexos y edades.


CALOR QUE SE VE… CALOR QUE SE SIENTE…

Las presas de sangre caliente constituyen el alimento principal de las cascabeles. Poseen una aguda sensibilidad al calor, debido a la presencia de unas fosetas loreales termo-receptoras ubicadas entre los orificios nasales y los ojos, que las capacitan para localizar mediante el calor a sus presas por la noche, incluso en la oscuridad total. Llegan a detectar y atacar objetos con gran precisión, apenas por una fracción de grado más cálido que la del ambiente, es decir pueden “ver” por gradientes de temperatura.


GARANTIZANDO LA ESPECIE
Todas las serpientes de cascabel son vivíparas, es decir, paren vivas a sus crías y tienen un parto cada año, el cual se produce aproximadamente seis meses después de la cópula. El hecho de que los espermatozoos del macho puedan conservarse vivos en los tejidos del oviducto de la hembra (como sucede en otras serpientes), hace que sea posible el parto de sucesivas camadas en cautividad, después de haber separado los machos de las hembras. El número de las crías varía según el tamaño de la madre. La más grande que se haya conocido medía 50 cm de largo.

MOVERSE SIN PATAS
La locomoción de las víboras de cascabel se realiza, al principio, como en los ejemplares jóvenes de la mayor parte de las especies, por medio de la ondulación lateral (u horizontal) típica de la mayoría de las serpientes, y todas las de cascabeles emplean este modo de desplazamiento. Los adultos de cuerpo pesado adoptan el sistema de movimiento rectilíneo, según el cual los músculos se estiran hacia delante de la piel y los bordes libres de las escamas ventrales proporcionan el apoyo sobre el suelo, necesario para el avance hacia delante. Este método de locomoción deja sobre la arena o el polvo una huella prácticamente recta. Otra forma, más complicada en el avance, es el sidewinding, movimiento en el cual va avanzando en dirección oblicua con relación a la que parece desplazarse, deja una rara huella. Cuando repta de lado, levanta del suelo parte de su cuerpo dejando los característicos trazos en forma de barra. Este método evita que la serpiente se resbale en superficies de arena.

LA VISIÓN


Experimentos realizados con la visión de las serpientes de cascabel, cuyos resultados son aplicables a todas las serpientes de la familia Viperidae de tamaño semejante, indican que estos ofidios pueden distinguir los movimientos de un objeto a una distancia de cinco metros. La ausencia de párpados, la verticalidad de las pupilas, y la escama supraocular que sobresale horizontalmente, dan a los ojos de las serpientes de cascabel un aspecto peculiar, al que con frecuencia se califica de "siniestro". En realidad, los ojos de las serpientes son inexpresivos, ya que tienen el mismo aspecto cuando están durmiendo, cuando se aproximan a su alimento o cuando están enfurecidas por la proximidad de algún potencial peligro.

LAS CASCABELES DE VENEZUELA


Las cascabeles de Venezuela comprenden un grupo taxonómicamente complejo; es decir, que su clasificación no está claramente definida, debido a que desde el punto de vista filigeográfico este grupo de serpientes son relativamente recientes en Suramérica, ya que el grupo de las cascabeles (Crotalus) se origina en el Norte de América y la dispersión o radiación hacia el sur fue posterior. Desde el punto de vista genético, las diferencias de este grupo no son muy marcadas, aunque fenotípicamente, sus patrones, coloración y forma varían dependiendo de su distribución geográfica. Por esta razón, algunos especialistas consideran que en Venezuela existen 4 especies de cascabeles con una subespecie. El género está representado en el país por un grupo de especies y subespecies: Crotalus vegrandis, Crotalus pifanorum, Crotalus mariselae, Crotalus durissus cumanensis, y la subespecie Crotalus durissus ruruima. Ampliamente distribuidos en Venezuela en todas las regiones geográficas, con características xerofíticas y deciduas, habitan también regiones de sabanas, valles y depresiones. El veneno crotálico ejerce una acción tóxica y letal sobre el sistema nervioso, cardiovascular, respiratorio, renal, muscular, y, en algunas especies, como C.vegrandis actúa además sobre los mecanismos de coagulación, como es el caso de ciertos ejemplares de C. durissus cumanensis, especialmente los estudiados de Los Altos Mirandinos.



LAS CASCABELES ENDEMICAS
El endemismo de las serpientes de cascabel en Venezuela aun se está estudiando, pero aunque sea a nivel específico o subespecífico, las diferencias, las barreras biogeográfícas y su reducida área geográfica en las que se encuentran las tres especies endémicas del país, nos convierte en un país privilegiado en el mundo de la herpetología y la toxinología.  


La Cascabel de Uracoa o Crotalus vegrandis - KLAUBER 1956. Es endémica de las sabanas aluviales al norte del río Orinoco, de la región de Uracoa, Distrito Sotillo, Estado Monagas, Venezuela. Es una especie de cascabel relativamente pequeña que mide entre setenta centímetros y un metro de longitud. Tiene un color de fondo pardo aceitunado, con dibujos más claros semiromboidales irregulares de color amarillento o marfil. Sus presas preferidas son los lagartos y los roedores.
Se aparean entre los meses de septiembre y febrero. Es común el acoplamiento múltiple. Las crías miden entre dieciséis y veintidós centímetros de longitud. Generalmente comienzan a alimentarse después de su primera muda, cerca de tres semanas después de su nacimiento.

Las manifestaciones clínicas del accidente por la Cascabel de Uracoa (Crotalus vegrandis) y su actividad de veneno han sido poco estudiados, probablemente debido a que la serpiente tiene una distribución limitada, en las sabanas secas del noreste de Venezuela. En los últimos años el laboratorio de Inmunoquímica del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, ha realizado varios estudios y ha podido caracterizar y aislar algunas proteínas de este veneno tan complejo e interesante.
La Cascabel Negra o Crotalus pifanorum - SANDNER MONTILLA 1980. Es endémica de las sabanas aluviales al norte de río Orinoco, en la región al sur de Espino, Distrito Infante, Estado. Guárico, Venezuela. Es la serpiente de cascabel más pequeña del país, con aproximadamente 70 centímetros de largo total. Presenta un color básico marrón- chocolate oscuro y los dibujos romboidales color marfil, donde estos dibujos, que están en la región dorsal, forman una cadena de 23 anillos o círculos no unidos; la región terminal de la cola es bastante aguda y estrecha, al igual que su crepitáculum o maraca. Esta especie presenta diferencias en la microestructura de las escamas dorsales en relación con las otras especies de cascabel.

La Cascabel de Lagunillas o Crotalus maricelae - GARCIA PEREZ 1995. Es  endémica de  la parte medio-alta de la cuenca del río Nuestra Señora, en la parte este del Bolsón Árido de Lagunilas, cordillera de Mérida, estado Mérida, Venezuela. La zona es árida y aislada por cadenas montañosas y lagunas.
Al igual que las otras especies endémicas, no es de gran talla: el mayor largo, hasta ahora conocido es de ochenta y siete centímetros de longitud, de los cuales casi diez corresponden a la cola. Presenta un color dorsal de fondo pardo-verdoso, con un patrón de 22 a 24 rombos de color pardo oscuro con el margen interno bien definido por bandas de color blanco sucio. Éstos van perdiendo nitidez a medida que se acercan a la cola. Hay otros rombos, algo irregulares, en la región adyacente a las escamas ventrales, cuyo centro es de color pardo-verdoso. La superficie dorsal de la cola es muy oscura. Ventralmente es color marfil hasta la mitad del cuerpo y se convierte en gris hacia la región caudal. La última sección es gris oscuro. La cabeza está bien diferenciada del cuello, posee un par de ocelos en la región parietal que bordean externamente la banda nucal. Tiene dos líneas amarillentas ubicadas sobre las escamas preoculares. Tiene cuatro o cinco escamas prefrontales, raro dentro del género. Las escamas de la región frontal son diminutas y granulares. La punta del hocico es truncada. El cuerpo es esbelto y alargado. Presenta 25 hileras longitudinales de escamas en la mitad del cuerpo, 168-173 escamas ventrales y 28 subcaudales.

VENENOS PARA LA VIDA


Este es nuestro eslogan en el Centro Integral de Educación, Investigación y Conservación BIOREPTILIA, el cual está incorporado a la red nacional de antivenenos de la Misión Ciencias del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia Tecnología e Industrias Intermedias. BIOREPTILIA, además, apoya al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente en programas de conservación, a diversas organizaciones conservacionistas y a grupos de rescate en todo lo relacionado con los anfibios, reptiles y artrópodos venenosos. Por otra parte, se desarrollan planes educativos y de investigación en el VIVARIUM BIOREPTILIA, ubicado en el Zoológico Las Delicias, en la ciudad de Maracay, estado Aragua, Venezuela, y el Vivario del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, donde se realizan investigaciones de toxinas de origen animal y  labores de apoyo al área académica y divulgativa.
Actualmente, el veneno de las serpientes es muy apreciado por la ciencia, ya que es un coctel de proteínas en el cual se encuentran diversas actividades. Se utiliza para realizar estudios de algunas de sus fracciones o componentes en la elaboración de fármacos que ayudan a salvar la vida del humano. ¡Son más las vidas que se salvan con el veneno de las serpientes, que las muertes que puede causar! La mayor parte de los accidentes ocurren cuando, por alguna razón, invadimos su hábitat. Tan sólo hay que aprender a convivir con ellas, respetar su espacio y conocer sus estrategias de vida.



BIOREPTILIA: Centro Integral de Educación, Investigación y Conservación.
Vivarium BIOREPTILIA, Zoologico Las Delicias, Maracay, Edo. Aragua.
Vivario del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela.


No hay comentarios:

Publicar un comentario